O R A C I O N
Sabes, Cristo
Milagroso desde que yo era muy niño
sentí en mi hogar
una dicha que aún ahora respiro.
Mis padres tan
querendones, mis hermanos tan unidos
pobres, pero muy
dichosos de admiración un motivo.
Desde el “Kínder” mi
tutora fue Lolita, te lo digo
y así hasta la
secundaria yo mas parecía su hijo.
Se aumentaba hasta
la edad y en todo estaba conmigo.
nunca se quiso
casar, los hábitos más bien quiso,
por delicada salud desistió
del compromiso;
pues cuando
enfermera fue, trabajó hasta lo inaudito
y por eso se enfermó
lo sabes bien, Padre mío.
A todo el mundo
ayudaba, sincera y con cariño
innumerables
compadres y ahijados, como hijos,
como si fuera su madre, la adoran los sobrinos
y ni hablar de esos
otros (de los sobrinos políticos)
y lo hermoso del
asunto ese cariño, es recíproco.
De su generosidad, son
los más fieles testigos;
los pueden asegurar,
tantos sobrinos postizos
todos le deben
favores o aunque sea un regalito.
Dios mío, tanta
bondad, porque el cielo la bendijo.
En mi casa hay una
Santa por tu gracia, Dios bendito.
Para hablar de sus
bondades, corto queda este versito;
por eso quiero
pedirte a ti, Milagroso Cristo
que ella siga con
nosotros, haznos este milagrito.
Yo sé Cristo
Milagroso, muchos Santos hay contigo
además de Santa Rosa,
también de San Martincito,
deja pues a la
Lolita con nosotros, te lo pido.
Cuando visito tu
templo, (lo hago todos los Domingos)
pues ya casi van 30
años, que oigo misa en San Francisco,
y con la más grande
unción a tus plantas me reclino,
siempre te pido Señor
como sabes, por los míos;
pero hoy te pido por
ella, y no lo hago de egoísmo.
Aunque eres quien
determina, no soy yo el que lo decido,
alivia nuestros
dolores, y procede tú, Dios mío.
GERMAN 23-03-2005.