Este piano tuvo y tiene un
valor muy importante para nuestra familia.
Luego de que mi hijo Javier quedara impresionado al asistir a un
cumpleaños donde escuchó una niña tocar
el piano y quedó obsesionado para siempre con ese instrumento. Un día mi recordado Germancito y mi cuñada
Lolita le dieron a Javier la sorpresa cambiando nuestra vida para siempre y
convirtiéndolo en un miembro más de la familia que inundó la casa por mucho
tiempo. Todos los rincones de la casa se
inundaba con sus melodías, pues Germán se sentaba cada vez que quería a
deleitarnos con alguno de sus valses, y fue sentado en esta pianola donde la
inspiración lo capturó para crear gran parte de las canciones que compuso en
las últimas décadas.
Poco después de adquirir la pianola Germán matriculó a
Javier y a Manuel en la academia de música AIDEM, ubicada a una cuadra de la
Plaza Bolognesi en el Centro de Lima – al inicio de los años 80 -, donde la
profesora Haideé Barrios lo preparó para ingresar al Conservatorio Nacional de
Música.
La música fue en adelante la protagonista de nuestras
vidas gracias a la pianola de Javier pues hubo recitales en casa que
congregaban al vecindario, a los amigos, a la gente de la parroquia, pero
también fue utilizado para ensayar a amigos de Javier como Juan Diego Flórez y
amigos de Germán como los Perlas, Los Caballeros de la Décima y todos aquellos
que llegaron a esta su casa para escuchar tocar a Germán y Javier lo que
siempre llenó de orgullo a mi querido viejito y a mí.
Alguna vez Germán me comentó
que le hubiera gustado que fuera su gran y querida amiga, la maestra de Javier
la profesora Haideé Barrios, quien pudiera atesorar ese Hijo Musical de la casa
que tiene un valor emocional incalculable para nosotros. Quien mejor que la Maestra Haideé.
No ha sido fácil desprenderse
de las cosas cuando los recuerdos nos inundan.
Pero hoy 20 de noviembre de 2016, puedo a Dios dar gracias por poder
cumplir con la voluntad de Germán, lo que me hace muy dichosa. Por eso, apreciada profesora Haideé Barrios
es un honor cumplir con el encargo que en vida me dio Germán y donar el piano
para su academia, pues mis hijos y yo estamos seguros que con Ud., seguirá
cumpliendo con su labor de formar futuros y mejores Javiercitos. No puede estar en mejores manos. Gracias a usted por acompañarnos y por tanto
cariño. Con aprecio, Olga Raborg de
Súnico.
FOTOS DE HAIDEE BARRIOS COGIDAS DEL FACEBOOK.
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